centro cultural tina modotti pedro lemebel
Pedro Lemebel (Chile)
Canzone per un bambino boliviano che non ha mai visto il mare
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E come te lo dico e con che umide parole te lo racconto, piccolo indigeno, cucciolo di la Paz, che non sei mai stato davanti al fragore salato della pianura oceanica. Come fartelo vedere, bambinetto aymara, in queste parole, se mai sei stato testimone di questa musica e delle sue onde increspate che intrecciano il concerto del bel mare. Come dirtelo, bimbo boliviano, come allungo la parola m-a-r-e, e che adesso ronzii nelle tue orecchie come mille api mollusche, come milioni di sussurri che schizzano la tua faccina aymara con il loro respiro materno-mar-tenero-mari-maternale.
Questa è una lettera mandata ai tuoi occhietti obliqui che in mille modi cercano di immaginare questa grande pozzanghera azzurra che non è come lo racconta la maestra a scuola mentre descrive la parte più grande del Tititcaca, quella zona dove il cielo si appoggia sulle acque verde muschio, dove non ci sono montagne e l’orizzonte sparisce in quella lama smeraldo che, in qualche modo, assomiglia anche a un occhio di mare…continua a leggere su irisnew
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Canción para un niño boliviano que nunca vio la mar
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Y cómo te lo digo y con qué humedad de letras te lo cuento, chiquito llocalla, pelusita paceño que nunca estuvo frente al estruendo salado de la planicie oceánica. Cómo hacertelo ver, niñita imilla, en estas letras, si nunca fuiste testigo de esa música y sus olas crespas chasconeando el concierto de la bella mar. Cómo te lo digo, niño boliviano, cómo alargo la palabra m-a-r, y que ahorita zumbe en tus oídos como mil abejas moluscas, como millones de susurros que salpican tu carita aymara con su aliento materno-mar-tierno-mari-maternal.
Ésta es una carta dirigida a tus ojitos oblicuos que de mil maneras intentan imaginar ese gran charco azul que no es como te lo cuenta la profesora en el colegio describiendo la parte más extensa del Titicaca, esa zona donde el cielo se recuesta sobre las aguas verde musgo, donde no hay cerros, y el horizonte desaparece en esa lama esmeralda que, de alguna manera, también semeja un ojo de mar. Tampoco es similar a esa caricatura Disney que te muestran en la escuela boliviana, con peces de colores saltando por todos lados, con bañistas y quitasoles eternamente en vacaciones de verano, con arenas doradas y olas turquesas en un exceso de pedagógica idealización … siga leyendo
traduzione di Antonio Nazzaro
foto: Pedro Lemebel
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