collettivo culturale tuttomondo Alda Merini poesia
Scandalizza di più l’imperfezione fisica che quella dell’anima.
Tutti pronti a puntare il dito verso chi non é “perfetto” per questi stupidi canoni societari, seguiti da tante pecore – con tanto rispetto per le pecore – che si specchiano e si mirano dalla mattina alla sera davanti ad uno specchio, lasciando marcire l’anima. Sono stata io a volere essere fotografata nuda. Mi fa sorridere il moralismo della gente, non lo tirano fuori per il nudo in sé – ormai ovunque – ma per quello non perfetto. È l’imperfezione a scandalizzare, come fosse una colpa. Il mio è stato un gesto di provocazione, e anche di profondo dolore. In manicomio ci spogliavano come fossimo cose. Mi sento nuda ancora adesso.
Escandaliza más la imperfección física que la del alma.
Todos dispuestos a apuntar el dedo hacia quien no es “perfecto” por estos estúpidos cánones societarios, seguidos por muchas ovejas – con todo el respeto para las ovejas – que se reflejan y se miran desde la mañana a la noche frente a un espejo, dejando podrir el alma. Fui yo a querer ser fotografiada desnuda. Me hace sonreír el moralismo de la gente, no lo sacan por el desnudo en sí – ya donde sea – sino por lo imperfecto. Es la imperfección a escandalizar, como si fuera una culpa. Lo mío fue un gesto de provocación, y también de profundo dolor. En el manicomio nos desnudaban como si fuéramos cosas. Me siento aún desnuda ahora.
Alda Merini
_
Traduzione: Centro Cultural Tina Modotti
Foto: Alda Merini
Alda Merini (Milán, 21 de marzo de 1931 – ibíd. 1 de noviembre de 2009) fue una escritora y poetisa italiana.
Alda estudió en el Instituto Laura Solera Mantegazza y no consiguió matricularse en el Liceo Manzoni al no superar el examen de italiano. Durante este tiempo estudió piano, instrumento que apreciaba especialmente.
Publicó a edad muy temprana, con sólo quince años, gracias a la protección de Giacinto Spagnoletti, que fue quien descubrió su talento artístico. En 1947, Merini encuentra le prime ombre della sua mente («las primeras sombras de su mente») y es internada durante un mes en el Hospital Psiquiátrico de San Raffaele Turro (Villa Turro) de Milán. Cuando sale, Giorgio Manganelli (a quien había conocido en casa de Spagnoletti junto a Luciano Erba y a Davide Turoldo) lleva a Merini a terapia con los psicoanalistas Fornari y Cesare Musatti… (fonte Wikipedia)