centro cultural tina modotti Inti Illimani, La Exiliada De Sur, 1974
Inti Illimani, La Exiliada De Sur, 1974
Un ojo dejé en los lagos
Por un descuido casual;
El otro quedó en Parral
En un boliche de tragos.
Recuerdo que mucho estrago
De niño vio el alma mía:
Miserias y alevosías
Anudan mis pensamientos;
Entre las aguas y el viento
Me pierdo en la lejanía.
Mi brazo derecho en Buin
Quedó, señores oyentes;
El otro por San Vicente
Quedó no sé con qué fin.
Mi pecho en Curacautín
– Lo veo en un jardincillo –
Mis manos, en Maitencillo
Saludan en Pelequén;
Mi blusa en Perquilauquén
Recoge unos pececillos.
Se me enredó en San Rosendo
Un pie al cruzar una esquina;
El otro en la Quiriquina
Se me hunde mares adentro.
Mi corazón descontento
Latió con pena en Temuco
Y me ha llorado en Calbuco
De frío, por una escarcha.
Voy y enderezo mi marcha
A la cuesta de Chacabuco.
Mis nervios dejo en Graneros,
La sangre en San Sebastián
Y en la ciudad de Chillán
La calma me bajó a cero;
Mi riñonada en Cabrero
Destruye una caminata
Y en una calle de Itata
Se me rompió el estrumento
Y endilgo pa’ Nacimiento
Una mañana de plata.
Desembarcando en Riñihue
Se vio a la Violeta Parra
Sin cuerdas en la guitarra,
Sin hojas en el coligüe.
Una banda’ de chirigües
Le vino a dar un concierto.
Desembarcando en Riñihue
Se vio a la Violeta Parra
Desembarcando en Riñihue
Se vio a la Violeta Parra.
Inti Illimani, La Exiliada De Sur, 1974
album La Nueva Canción Chilena
Nel capitolo LVIII delle sue Décimas, Violeta Parra parla dei suoi viaggi nel sud del Cile, allora la zona più misera e dimenticata del paese; fu durante uno di questi viaggi, in un concerto a Punta Arenas (la città più meridionale del mondo, probabilmente), che accadde il celebre episodio delle donne di un quartiere che le donarono una sedia fabbricata da loro stesse per permettere a Violeta di arrivare al microfono (era alta soltanto 1,49). Violeta Parra, a contatto con la durissima realtà di quelle zone, prese a sentirsi come una vera e propria esiiata, come esiliati erano coloro che vi abitavano; immaginò, per amore e solidarietà, di lasciare in ogni luogo, in ogni villaggio, in ogni mare, un pezzo di se stessa. Un vero e proprio smembramento, dal quale Patricio Manns, un anno prima che Violeta si suicidasse, trasse questa indimenticabile canzone.