centro cultural tina modotti Gabriela Rosas Il gatto
Il gatto di Gabriela Rosas (Venezuela)
Ero nelle tue ossa
mi sono avvicinata alla tua parola
perché era dolce
e spaventava
nulla è per sempre
non si sbagliano le labbra
quando alla fine
parlano
questo giorno non va
avrei voluto avere la tua stessa fortuna.
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El gato de Gabriela Rosas (Venezuela)
Estuve en tus huesos
me acerqué a tu palabra
porque era dulce
y atemorizaba
nada es para siempre
no se equivocan los labios
cuando al fin
hablan
este día no suena
yo quería correr tu misma suerte.
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traduzione: Antonio Nazzaro
Foto: Gabriela Rosas
Gabriela Rosas Escritora venezolana (Caracas).
Es poeta y narradora. Primer lugar en el Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Pérez Bonalde (1995). Primer lugar en la Bienal de Literatura Lydda Franco Farías 2014, mención poesía. Ha publicado los poemarios La mudanza (Eclepsidra, 1999), Agosto interminable (Eclepsidra, 2008), Blandos (Taller Editorial El Pez Soluble, 2013) y Quebrantos (Ediciones del Movimiento, 2015).
Traducida a varios idiomas. Incluida en diversas antologías poéticas y de cuentos. Editora del Stand Up Poetry en Inspirulina.com.
La poesía solo aspira a establecer un diálogo entre voces que se contemplan en las variaciones tipográficas del libro.
Desde hace un tiempo yo suelo conversar con las palabras de Gabriela Rosas, poeta y narradora venezolana que llegó a mi casa desde el rumoroso vacío de internet y que ya forma parte de mi biblioteca personal de afectos. Cada identidad ejercita la atención y se manifiesta a través de unos cuantos datos biográficos que acotan el paréntesis existencial. Gabriela Rosas se formó en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador donde concluyó estudios de educación integral.
Desde muy joven busca lugar en la escritura; su quehacer literario consigue un temprano reconocimiento al ganar en 1995 el Primer Premio Nacional de Poesía para Jóvenes Liceístas, otorgado por la Casa de la Poesía Juan Antonio Pérez Bonalde.
Era un oportuno refrendo que impulsaba el discurrir lírico formado hasta la fecha por La mudanza (Eclepsidra, 1999), Agosto interminable (Eclepsidra, 2008), Blandos (Taller Editorial El Pez Soluble, 2013) y Quebrantos (Ediciones del Movimiento, 2015). Son libros que se suceden sin cambios bruscos en el ideario estético.
Para Gabriela Rosas «La poesía es mi lugar sin lobos. Es mi plegaria. La sintaxis de la poesía me exige la memoria de lo preciso, de lo cierto. Le hace justicia a mis lecturas y a todo lo que siento, también escribo prosa, cuentos y llevo un diario. Es difícil de explicar, la poesía me tomó por asalto un día, me mostró un paisaje del que me es imposible volver. No fui por ella, insisto en ella, sí, en su misterio y embrujo, como el amante en el cuerpo amado».
Su carta de presentación, La mudanza es un poemario cuya textura verbal acoge una palabra libre y viva, que busca en la evocación un registro activo de lo transitorio a través de poemas breves, con sintaxis comunicativa en la que resalta la tonalidad emotiva. Esta ruta expresiva perdura en su segundo paso Agosto interminable, que incorpora nuevos registros temáticos como lo metaliterario y un entorno más descriptivo; pero la veta central de la voz poética de Gabriela Rosas es el amor y su onda expansiva, un halo consistente que celebra el cuerpo y pone tacto al deseo; que es capaz de transformar el carácter sombrío y adusto de lo cotidiano y dar a la palabra ese clima que adormece al invierno.
Blandos enaltece el afán meditativo; los poemas contemplan el deambular de un protagonista verbal que hace de la introspección un largo viaje interior y una constante exigencia de sinceridad.
El quehacer versal de Gabriela Rosas se reanuda en Quebrantos. En el libro las composiciones despliegan una realidad existencial donde los sentimientos se empeñan en persistir incluso en el desamor y en el derrumbe y adquieren una realidad corporal. Al cabo, en el amor nunca hay quietud porque la poesía aspira a recorrer con azarosa brújula un territorio de pieles y cuerpos.
El poema hace de la boca que besa un entorno habitable donde cabe el tiempo remansado, una amanecida en la que suena la lluvia del deseo con la reiteración del viaje circular.
Sus versos hacen brotar un empeño diario contra el encierro del yo para saberse humano, para hacer del lenguaje una semilla que en el surco del tiempo fertiliza. (by Jose Luis Morante)