centro cultural tina modotti Antonio Nazzaro traduce Monica Guerra
Monica Guerra, En el umbral, Uniediciones 2019
se necesita tiempo para hacer todo.
También para morir. Para decir basta.
Cerrado. Irse.
Monica Guerra, Sulla soglia, Samuele Editore 2017
ci vuole tempo a fare tutto.
Anche a morire. A dire basta.
Chiuso. Andare via.
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foto: copertina del libro
Traduzione di Antonio Nazzaro
Es la bitácora de una larga despedida en un umbral que es una demarcación de un confín, de la esperanza de que todo pueda salir bien, de un happy ending inexistente. El relato de una pérdida por parte de quien se queda.
Cuando nos saludamos en el umbral porque alguien está a punto de partir, auguramos un buen viaje y un buen retorno. Si es cierto el no retorno ya desde un comienzo, se busca de todas las maneras posibles detener a quien está por irse, dándonos la ilusión de lograrlo durante los altibajos de un largo periodo de enfermedad. Y quien es capaz lo escribe, como hizo Monica. La sensible ternura, junta al dolor que sobresale desde el prólogo, viene al final, acercándose al sentido amargo de la realidad, pero con una mirada nueva, directa y ya sin el temor de aminorarse. Todo esto hace de un poemario atrayente e interesante. Es la fuerza de ponerse a prueba, de rebasar y quedar, utilizando esta “Errante paloma imaginaria”, grande e incomprendida, la poesía.
Monica Guerra, En el umbral, Uniediciones, 2019
Estoy convencido, por lo menos con base en mis conocimientos, que son verdaderamente pocas las autoras contemporáneas en conectar “emoción/vida/ poesía” de manera tan inmediata y necesaria como lo ha hecho Monica Guerra. La conocí personalmente una noche en que asistió a una lectura pública de unos fragmentos extraídos de lo que llegaría a ser “Sulla Soglia” (En el umbral). Finalizaba el mes de noviembre de 2016. Me quedé asombrado por la forma en que la autora planteaba su recital. Casi siempre los reading de poesía tienen algo de pesaroso; generalmente los autores, que oscilan entre la “salivación anulada”, las manos sudorosas y las ganas de exagerar, leen todos sus textos sin levantar la mirada de la hoja y terminan lo más rápido posible y sin cambiar el tono …Flavio Almerighi